COMENTARIO
Militarmente participan los nobles de Lorena, Tolosa y Nápoles, que se concentraron en Constantinopla.
El reino de Jerusalén incluía otros señoríos cristianos como Edesa, Antioquía y Trípoli. Las flotas de Venecia, Génova y Pisa aseguraban el enlace entre los cruzados y el Occidente de Europa.
El 23 de diciembre de 1144, el día de Nochebuena, Nur-Eddin (Al-Din-Zangi) conquista la ciudad de Edesa. San Bernardo predica la Segunda Cruzada a la que se apuntaron los reyes Conrado -III- de Alemania y Luis -VII- de Francia, con un resultado nulo.
En la noche del día 2-3 de octubre de 1187, Salah-al-Din (Saladino), conquista la ciudad de Jerusalén y pone fin al reino.
Se produce una conmoción en Europa y se aprestan a partir para Oriente los mayores monarcas de la época: Federico -I- Barbarroja de Alemania, Felipe -II- Augusto de Francia y Ricardo Corazón de León de Inglaterra. La muerte de Federico en el año 1190, en el río Cidno de los montes Tauro en Cilicia y las discordias entre Felipe y Ricardo hicieron fracasar la expedición de la Tercera Cruzada.
En el año 1198 el papa Inocencio -III- recuerda el reinicio de las cruzadas y en un cuarto intento los cruzados se reúnen en Venecia, pero en lugar de partir hacia Palestina se mezclaron en las luchas que tenía Venecia con el Imperio Bizantino y acabaron tomando la ciudad de Constantinopla. Aquí se funda el Imperio Latino de Oriente, que vivió en interminables luchas entre griegos y búlgaros.
A pesar del fracaso de la Cuarta Cruzada, el espíritu seguía vivo y esta vez se cambió de táctica y como condición previa para reconquistar Jerusalén habría que derrotar a los sultanes de Egipto.
Las dos últimas cruzadas, en el 1248 la séptima y en el 1270 la octava, fueron para el rey Luis -IX- de Francia que las dirigió personalmente y las dos tuvieron mal resultado.
En la séptima desembarcó en las playas de Damieta en Egipto y fue hecho prisionero, siendo liberado el 2 de mayo de 1250 a cambio de pagar un gran rescate y devolver a los mamelucos todas las zonas conquistadas y en la Octava la Cruzada fue dirigida hacia Túnez, pero murió de la peste ante sus murallas a las que habían puesto sitio el 23 de agosto de 1270.
En este año se darían por finalizadas las Cruzadas, pero no sería hasta el 18 de septiembre de 1291, en que saldría de Palestina el último de los Templarios.
El resultado fue que los países europeos reconquistaron la libertad de acción en el Mediterráneo y pusieron freno a la expansión del Islam.
RESUMEN
La primera cruzada (1096-1099) fue predicada por Pedro del Ermitaño y decidida en el concilio de Clermont un año antes. Se conquistó Nicea, Tarso, Antioquía, Laodicea y Jerusalén, proclamando rey y protector del Santo Sepulcro a Godofredo de Bouillón
La segunda cruzada duró dos años (1147-1149). Predicada por San Bernardo. Tomó parte el rey Luis -VII- de Francia y Conrado -III- de Alemania.
La tercera cruzada (1189-1193) fue predicada por Guillermo de Tiro, como consecuencia de la conquista de Jerusalén por Saladino en 1188. Participaron Federico Barbarroja de Alemania, Felipe Augusto de Francia y Ricardo Corazón de Leon de Inglaterra.
La cuarta cruzada (1202-1204), predicada por el papa Inocencio -III-. Participaron Balduino conde de Flandes, Simón de Montfort y Bonifacio de Monferrato. En vez de dirigierse hacia Jerusalén atacaron Constantinopla, destronaron al emperador Alejo -III- y tras el llamado mes sangriento, implantaron a Balduino de Flandes como emperador.
La quinta cruzada (1217-1222) la inició Juan de Brienne que era rey de Jerusalén y Andrés -II- de Hungria. Lo único que hicieron fueron correrías por Egipto y Siria.
La sexta cruzada (1228-1229) la más corta. La inició Federico -II- de Alemania. Mediante negociaciones con el rey de Egipto este le entregó Jerusalén, pero cuando Federico -II- regresó a Europa motivado por las rencillas, anatemas y excomuniciones del papado, la ciudad de Jerusalén y toda la Palestina volvió a caer en manos egipcias.
La séptima cruzada (1248-1252) la acaudilló el rey Luis -IX- de Francia. Fué hecho prisionero y estuvo preso en la actual Ciudadela de El Cairo, construida por Saladino. Fue liberado a cambio de la entrega de la ciudad de Damieta y regresó a Francia.
La octava cruzada (1270-) la volvió a iniciar el rey Luis -IX- de Francia. Cuando desembarcó en Tunez murió de la peste. Algunos cronistas no tienen en cuenta esta cruzada. |
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